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El primero sea el servidor de todos.

El primero sea el servidor de todos.

EL PRIMERO SEA SERVIDOR DE TODOS

(22 de setiembre de 2024)

San Marcos (9, 30-37) Link al texto

    Podríamos pensar que la enseñanza que en privado hacía Jesús a sus discípulos versara sobre temas espirituales (Dios, la oración, el cielo, etc.). Nada de eso: todos los temas son relacionales, sobre asuntos corrientes de la vida diaria. El primero de ellos, el que acabamos de leer: QUIEN QUIERA SER PRIMERO, SEA SERVIDOR DE TODOS.

    Nosotros creemos que “más es arriba”: cuanto más arriba estés en la pirámide social, cuanto más influyentes sean tus amistades, cuanto más te arrimes al que manda, más eres. Estar arriba es lo importante. Para el evangelio, “más es abajo”: cuanto más te sitúes en la base, cuanto más frecuentes a los sencillos, cuanto más te pongas a servir, más eres. ¿Hay quien se crea esto? ¿No resulta, una vez más, que creemos en Dios, pero somos remisos para dar crédito al evangelio?

    Según el evangelio:
    • Se puede estar contento sirviendo: se puede alejar el mal humor de quien sirve y hacerlo con una sonrisa; se puede servir con amabilidad; se puede sofocar la voz de quien protesta porque siempre le toca servir a él.
    • Te puedes realizar como persona sirviendo: puedes encontrar tu lugar en el mundo sirviendo cada vez más; lo mejor de tu vida puede ser el servicio que prestas en casa, en la parroquia, en la sociedad.
    • Puedes creer que eres útil sirviendo: por encima de menosprecios e ironías; aunque no te lo reconozcan; puedes ser útil para aumentar el gusto por la vida de aquellos que llevan pesos grandes sobre sus espaldas.

    Dice san Francisco de Asís que “cuanto es el hombre ante Dios, tanto es y no más”. O sea: ante Dios no valen títulos, cargos, influencias, dineros, poder, etc. Lo que eres de cara al hermano, sobre todo al frágil, eso eres de verdad. ¿Sirves a los frágiles? Eso eres ante Dios. ¿No les sirves? Ya puedes marear la cosa: no eres seguidor de Jesús. Todos sabemos que las cosas del evangelio funcionan así.

    El evangelio pretende cambiar nuestro chip interior: hacer de uno que quiere ser servido, un servidor. No nos parezca imposible porque, si fuera así, ¿para qué se nos ha dado el evangelio? Podemos lograr, en parte, una nueva manera de ser. Es cuestión de confianza en Dios y de trabajo fiel por nuestra parte.

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