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Exhaló su aliento sobre ellos.

Exhaló su aliento sobre ellos.

EXHALÓ SU ALIENTO SOBRE ELLOS

(19 de mayo de 2024)

Evangelio de Juan (15, 26-27; 16, 12-15) Link al texto.

    Hay en el evangelio que hemos leído un gesto insólito de Jesús que pasa desapercibido: cuando les dijo “recibid Espíritu Santo”, SOPLÓ SOBRE ELLOS.

    En toda la Biblia solamente se dice que alguien sopla en dos textos: cuando Dios crea a la persona, sopla en su nariz para infundirle la respiración (Gen 2,7) y aquí Jesús sopla sobre sus discípulos para decirles: ánimo, la cruz ha sido un desastre, pero seguís teniendo alma, no os acobardéis, el mundo sigue siendo vuestra casa. Como dice la canción de Serrat: “Hoy puede ser un gran día”.

    Es que, por muchas razones, el desaliento atenaza nuestras vidas, el desánimo hiela nuestros adentros y convierte la vida en un secarral. Y decimos que todo está mal, que no tenemos remedio, que somos un país cainita, que nunca llegaremos a entendernos. Sálvese, pues, quien pueda.

    La fiesta de Pentecostés quiere devolvernos el alma, el resuello. Pretende que no tiremos la toalla, que no sucumbamos al desaliento. Fiesta para el ánimo, para la resistencia, para la fe en un futuro mejor. Algo de eso es Pentecostés.

    ¿Cómo sembrar ánimo y no hacer parte del coro de quienes solamente saben lamentarse?
    • Hay muchas cosas que están bien: constantemente leemos en el periódico el agradecimiento de las personas a los servicios públicos, a la sanidad, a la docencia. Hay muchas gentes en este país que siembran el bien a manos llenas. Creámoslo, mirémoslo.
    • Podemos entendernos: no es fácil. Pero somos humanos y todos tenemos un corazón que late. Si somos pacientes, si damos el brazo a torcer, si nos ponemos en el lugar del otro encontraremos cauces de convivencia. Creámoslo, pensémoslo, hablémoslo.
    • Seguimos teniendo un alma: hoy no se habla mucho del alma, pero sigue estando ahí. Por eso mismo, seguimos siendo valiosos, seguimos teniendo dignidad, aunque como tierras de Gaza y en otros muchos lugares haya quien atropella las almas y arruina los cuerpos.

    La inefable y admirada por muchos, Gloria Fuertes decía: “A mí solo me erotiza la gente buena”. Eso significa que estás de parte de la gente buena, que crees en el bien, que no te das por derrotado ante la avalancha del mal.

    No nos resistimos a releer una frase de FT 223 que no tiene desperdicio: «San Pablo mencionaba un fruto del Espíritu Santo con la palabra griega jrestótes (Ga 5,22), que expresa un estado de ánimo que no es áspero, rudo, duro, sino afable, suave, que sostiene y conforta. La persona que tiene esta cualidad ayuda a los demás a que su existencia sea más soportable, sobre todo cuando cargan con el peso de sus problemas, urgencias y angustias. Es una manera de tratar a otros que se manifiesta de diversas formas: como amabilidad en el trato, como un cuidado para no herir con las palabras o gestos, como un intento de aliviar el peso de los demás. Implica «decir palabras de aliento, que reconfortan, que fortalecen, que consuelan, que estimulan», en lugar de palabras que humillan, que entristecen, que irritan, que desprecian».

    Palabras buenas para elegir la vida en tiempo de Pascua.

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