Os llevan la delantera.
OS LLEVAN LA DELANTERA
(1 octubre 2023)
Hay páginas evangélicas que son como bofetadas. Nos desestabilizan porque tienen toda la razón y dejan al descubierto posturas de vida que son insostenibles. Esta del domingo de hoy es una de ellas.
Dice crudamente que LAS PROSTITUTAS VAN POR DELANTE EN EL REINO DE LOS CIELOS. Tanta maldad con la que se les estigmatiza, tanto rechazo moral con que se las trata, tanto menosprecio que se vierte cuando se habla de ellas y ahora resulta que van por delante. No nos atrevemos a usar aquí la palabra habitual que empleamos para designarlas. Si lo hiciéramos, los bienpensantes se nos echarían encima. Pero ahí resuena la frase de Jesús en toda su crudeza.
En el contexto de la parábola de los dos hijos que son enviados a la viña y en que uno dice que va, pero no va y el otro dice que no va, pero termina yendo, quienes cumplen la voluntad del Padre, resulta que son los pecadores y prostitutas.
Entonces, ¿qué? ¿Da lo mismo ser bueno que no serlo, llevar una vida moral ordenada, vivir respetablemente o de cualquier manera? No, pero el evangelio tiene planteamientos que habríamos de considerar:
• Importa más la bondad del corazón que el comportamiento moral: no se desdeña este, pero la raíz de lo humano es la bondad. De ahí brotan los mejores valores de la vida.
• Estás equivocado si te consideras totalmente honrado y no ves tu incoherencia: ya dice el libro del Eclesiastés: “No hay nadie en la tierra tan honrado que haga el bien sin cometer nunca errores” (Qoh 7,20).
• Si no eres comprensivo y compasivo con quien anda mal, no eres seguidor de Jesús: porque si algo define a Jesús es la compasión y esa misma habría de ser la característica de quien dice que cree en él.
Contaba el misionero comboniano Alex Zanotelli que, en su suburbio de Nairobi, decía a las chicas que iban a los burdeles de la ciudad: “No vayáis, el sida os mata”. Y ellas respondían: “Padre Alex, ¿qué es peor, morirse de hambre o morirse de sida?”. Y no sabía qué decirles. “Son, decía el misionero, las que entran en el reino”.
Que aprendamos a tener un corazón compasivo e inclusivo que se parezca un poco al de Jesús.