Solo una cosa es necesaria

Aunque es verano, siempre es bueno hacer un hueco a la Palabra que alimenta nuestra espiritualidad. El sosiego de este tiempo más distendido nos puede ayudar.
Se ha interpretado este texto de Marta y María como las dos vocaciones cristianas: la contemplación y la acción. Quizá eso sea algo ajeno al texto. Apunta más al tema de las preocupaciones porque estas, a juicio del evangelio, pueden ser un obstáculo para acoger la propuesta de Jesús.
Según el texto, María pospone toda preocupación mientras que Marta se enreda “con muchas cosas”. De ahí la reconvención de Jesús: SOLO UNA COSA ES NECESARIA. Pero hay algo que chirría: es cierto que Marta anda preocupada en exceso y por ello tendrá que elaborar y controlar sus preocupaciones excesivas. Pero María no puede irse de rositas por haber elegido “la parte mejor”. Ella también ha de preocuparse en lo que le corresponde.
Quiere esto decir que el componente espiritual de la fe (la oración, la Palabra, los sacramentos) y el social (la ciudadanía, la solidaridad, la ecología, etc.) ha de estar siempre presentes y equilibrados.
¿Cómo vivir hoy una fe adulta y equilibrada?
- Reza y vive con justicia: lleva a la oración los problemas de la Iglesia y del mundo, las esperanzas y gozos de los humanos.
- Lee la Palabra y pregúntate por cómo traducirla a la vida: porque una Palabra alejada de la vida corre el riesgo de esterilidad.
- Recógete en el silencio y hazte presente en la calle: que te gusten ambas cosas, la interioridad y la responsabilidad social.
Decía el teólogo Bonhoeffer que la tarea del cristiano en el futuro sería orar y vivir en justicia. Ambas cosas han de ir justas. De esa manera, las preocupaciones ocuparán un espacio correcto y la espiritualidad del evangelio podrá tener lugar adecuado en nuestra vida. En verano y siempre.