Paradojas.

PARADOJAS
(3 de setiembre de 2023)
Como todo texto escrito, el evangelio tiene sus maneras peculiares de iluminarnos. A veces lo hace con paradojas.
La paradoja es una forma de expresión que aparentemente es contradictoria con el sentido que se le pretende dar. Por ejemplo: “lo barato sale caro”. Quiere decir que, a veces, por no gastar compramos algo barato, pero al ser de poca calidad, se estropea, con lo que hemos perdido el dinero y tenemos que volver a comprar.
El evangelio que hemos leído encierra una paradoja interesante: QUIEN QUIERA SALVAR LA VIDA, LA PIERDE; Y QUIEN LA PIERDE, LA GANA. O sea: hay pérdidas que, en el fondo, son ganancias. Por ejemplo:
• Perder tiempo para escuchar al que se siente solo: se pierde tiempo, pero se gana alegría, la del que termina consolado y tranquilizado.
• Perder tiempo acompañando a quien necesita ir al médico o a una oficina; se pierde tiempo, pero te haces prójimo de quien tiene necesidad.
• Perder dinero siendo solidario con Cáritas; pierdes algo de tu dinero, pero ganas coherencia cristiana.
• Perder algo de tu buen nombre saliendo en defensa de los excluidos; pierdes un poco de tu buen nombre, pero te haces samaritano del que está caído al borde del camino.
Efectivamente, para mucha gente, todo eso son pérdidas; para un seguidor deberían ser ganancias. Es fácil creer en Dios; pero no nos resulta fácil creer en el evangelio cuando nos dice que perder la vida es, de alguna manera, ganarla.
Cuentan que Ignacio de Loyola espetó a Francisco de Javier esa paradoja del evangelio con estas palabras: “¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si arruina su vida?”. Hoy se nos dice lo mismo a nosotros.