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Sin exclusiones

Sin exclusiones


Lectura del santo evangelio según san Juan (3,16-18)

"Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios."

 

SIN EXCLUSIONES
(Trinidad, 4 de junio 2023)

    Los misterios de la fe coinciden con lo sencillo de la vida. Hablar de la Trinidad, por extraño que parezca, es hablar de una vida sin exclusiones, integradora. Porque eso es lo que se quiere decir cuando hablamos de Trinidad: de un amor que no excluye.

    El breve evangelio que hemos leído nos ha dicho con rotundidad: JESÚS NO HA VENIDO PARA JUZGAR. Tantas veces que le hemos atribuido la calidad de Juez (desde las oraciones de la liturgia, incluso) y resulta que no. No es juez que condena, sino hermano que acompaña, sostiene y alienta. Él se sienta a nuestra mesa porque comparte todo lo nuestro.

El teólogo jesuita Jon Sobrino nos lo ha dicho de manera magistral:
    • «De Jesús impacta la misericordia y la primariedad que le otorga: nada hay más acá ni más de ella, y desde ella define Jesús la verdad de Dios y del ser humano. Es buena noticia, entonces, que a Jesús se le muevan las entrañas a misericordia y que configure su vida y su misión desde ella».  Si queremos hablar como cristianos, habrá que hacerlo siempre desde la misericordia.
    • «De Jesús impacta su honradez con lo real y su voluntad de verdad en defensa de los débiles y denuncia y desenmascaramiento de los opresores. Es buena noticia, entonces, que Jesús sea voz de los sin voz y voz contra los que tienen demasiada voz». La inclusión demanda la verdad, la justicia y la escucha a la voz de los otros.
    • «De Jesús impacta que acoja a pecadores y marginados, se siente a la mesa y celebre con ellos, y que se alegre de que Dios se revele a ellos. Es buena noticia, entonces, que Jesús celebre la vida y celebre a Dios». Jesús incluye para la dicha, para la felicidad a las que todo el mundo tiene derecho.

    En la entrevista del Papa con los jóvenes del documental AMÉN, dice rotundamente: “¿Quién soy yo para excluir a nadie?”. Si el Papa dice que no puede excluir, tampoco nosotros. Ser cristiano y practicar la exclusión son cosas incompatibles.

    Hablar de la Trinidad no es hablar misterios raros: es hablar de un amor que incluye. A ese amor estamos llamados los que nos decimos seguidores de Jesús de Nazaret.

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