El Espíritu os guiará hasta la verdad plena

Siempre que nos detenemos ante la Palabra, aunque no sea más que en el breve tiempo de una reflexión dominical, estamos dando una oportunidad al evangelio.
Dice san Juan en el texto que hemos leído que EL ESPÍRITU OS GUIARÁ HASTA LA VERDAD PLENA. ¿Qué quiere decir esto? Por muchas que sean las trampas, los engaños, las tergiversaciones, los bulos que nos inventemos, la verdad se abre paso en la vida. Porque la verdad, la coherencia, la limpieza de intenciones son cosas que siempre cautivan a los humanos, digamos lo que digamos. Aunque mintamos como bellacos, la verdad nos atrae.
Pero, a causa de nuestra debilidad, nuestro recorrido por la senda de la verdad es corto: nos cansamos, abandonamos, terminamos en la tiniebla de la mentira. Dice Jesús que el Espíritu hará en nosotros una obra increíble: nos llevará a la verdad plena. Ya aquí y desde ahora. ¿Es esto posible? ¿A qué verdad se refiere?
- A la verdad de ser uno mismo ante el otro: vivir sin engaño, tal como uno es, con sus valores y contradicciones. Y aceptarnos así, en esa desnudez.
- A la verdad de ser uno mismo ante Dios: con todas las preguntas e interrogantes, con todas las inquietudes. Vivir la verdad de un Dios que nos estimula y nos sosiega.
- A la verdad de ser uno mismo ante la sociedad: con tu participación y tus abandonos, con tu responsabilidad y tus traiciones.
Esta es la gran obra del Espíritu, algo que se está cociendo en las entrañas de la vida porque, más allá de toda mediocridad, hay personas que van en esa dirección de la verdad honda, misericordiosa. Vivir en esa verdad es hacerlo en honda humanidad.
Murió hace poco el expresidente de Uruguay, Pepe Mujica, un hombre coherente con la verdad de su vida; hablaba desde la verdad y la conciencia. Y eso nos fascinaba. Practicaba la coherencia, vivía como pensaba y sobre todo vivía como decía que pensaba. Mújica era verdad y, además, daba esperanza. Fue un señor que mostró que la verdad puede ser más poderosa que el dinero. Gente luminosa y veraz.
Circula por ahí una oración atribuida al Papa León XIV donde se dice: «Yo no vengo a ofrecerles una fe perfecta, vengo a decirles que la fe es una caminata, con piedras, con charcos y abrazos inesperados». Esa es la vida en la verdad ahondada del Espíritu de Jesús. No tomes todo esto por vanas teorías. Quizá se te está ofreciendo algo útil para tu alma.